Foto de portada Archivo Asociación Miguel Bru.
A pesar de haber sido condenados en mayo de 1999, los policías Justo López, Juan Domingo Ojeda y Ramón Ceresetto recién fueron detenidos un año y tres meses después.
Luego de la sentencia los abogados defensores interpusieron una apelación pidiendo la libertad de los asesinos y encubridores. Por eso cuando finalizó el juicio, comenzamos otra etapa de lucha en reclamo de justicia para que quede firme la sentencia, con nuevas movilizaciones y una vigilia que duró más de cien días. Rosa se instaló en una casilla rodante frente al Tribunal de Casación provincial donde vivió más de tres meses reclamando que confirme la sentencia. Una de esas noches recibió la visita de León Gieco quien fue a manifestarle su apoyo.
Finalmente, en septiembre de 2000 la Sala I de la Cámara de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires confirmó la sentencia y fueron detenidos López, Ojeda y Ceresetto.
En 2003, la Suprema Corte de la provincia de Buenos Aires dejó firme la condena a López y Abrigo. Walter Abrigo murió el mismo año de un paro cardíaco cuando jugaba un partido de fútbol en el penal de máxima seguridad de Florencio Varela.
López obtuvo salidas transitorias y en 2014 recibió la libertad condicional. Pero en 2017 un fallo del Tribunal de Casación Penal ratificó la continuidad de su detención. Hoy, el único detenido de los asesinos es Justo López, quien nunca aportó un dato que permita encontrar a Miguel.