Contra la impunidad policial y judicial

Foto Archivo Asociación Miguel Bru.

Tras la desaparición de Miguel Bru, encabezados por Rosa, su mamá, empezamos a movilizarnos y desde la Escuela Superior de Periodismo y Comunicación Social – hoy Facultad, que lleva el nombre de Miguel- de la Universidad Nacional de La Plata,  generamos una estrategia para instalar el caso en los medios de comunicación. Miles de personas marcharon por las calles de La Plata, encolumnadas tras la bandera “Dónde está Miguel”. Desde Periodismo empezamos a elaborar los documentos políticos y periodísticos, que firmábamos como Comisión de Familiares, Amigxs y Compañerxs de Miguel.

Desde el principio tuvimos que luchar contra la impunidad policial y la complicidad judicial. El por entonces juez de la causa, Amílcar Vara, se negaba a vincular la desaparición de Miguel con la policía aseguraba públicamente “mantengo la íntima convicción de que Miguel está vivo”. En sus oficinas, varias personas escucharon frases tales como “mirá lo que parece en esta foto. Seguro que era homosexual y drogadicto”, e incluso llegó a decirle a Rosa Bru, sin fundamento alguno, “sospecho que se ha ido con alguna chica a Brasil”.

Vara no volcaba en el expediente las declaraciones que vinculaban a los policías,  mantenía la carátula de la causa como averiguación de paradero y tampoco le permitía a Rosa intervenir en la misma como particular damnificado, alegando que “si no hay cuerpo, no hay delito”. Sus fundamentos fueron cayendo a medida que se aportaban más pruebas que incriminaban a la policía.

Otro gran obstáculo fue el  “espíritu de cuerpo”, accionar histórico de  encubrimiento y complicidad de las fuerzas de seguridad.  Pedro Klodzyc, jefe de la policía bonaerense en ese momento, hoy recordado como uno de los máximos impulsores de la llamada “maldita policía”, afirmaba que “no hay ningún nexo que permita vincular el accionar de personal policial con la desaparición de Bru”, a pesar de las declaraciones de los familiares y amigxs que denunciaban que Miguel había sido hostigado y amenazado por efectivos.